URBANO VI
1378-1389 d.C.



Urbano VI (1318-1389), fue elegido sucesor de Pedro en uno de los cónclaves más cortos y conflictivos de la historia –tres días–, poco después de que el papado regresara de Aviñón a Roma (largo período que duró entre 1309 y 1377).

El cónclave se inició el 7 de abril de 1378, con la presencia de sólo 16 cardenales de los 22 que formaban el colegio cardenalicio ya que no se esperó la llegada de cardenales que se encontraban en Aviñón.

Elegido bajo el miedo

Dado que los cardenales se encontraban divididos en facciones, en la elección papal el pueblo romano tuvo un papel decisivo de presión, pues temía que el elegido fuera un cardenal francés, que regresaría a la sede de Aviñón,

El pueblo se concentró en la entrada del cónclave con gritos de “romano lo volemo” (“romano lo queremos”) y “al manco italiano” (“al menos italiano”).

Ante este ambiente de presión, los cardenales eligieron al napolitano Bartolomeo Prignano, arzobispo de Bari, que al no ser cardenal no se encontraba participando en el cónclave.

El Cisma de Occidente

Tras ser elegido papa, Urbano VI se mostró desconfiado y colérico en sus relaciones con los cardenales que lo habían elegido. Sus intervenciones políticas, en particular con Nápoles, también suscitaron muchas tensiones.

Por este motivo los cardenales, salvo los cuatro italianos, se reunieron en Agnani donde, el 9 de agosto publicaron una declaración a toda la cristiandad en la que anulaban la elección de Urbano por haberse efectuado bajo el miedo a la violencia del pueblo.

El 20 de septiembre de 1379, con la esperanza de que Urbano VI abdicara, todos los cardenales, incluidos los romanos, se reunieron en Fondi, en el territorio de Nápoles, eligieron a Clemente VII, dando inició al Cisma de Occidente que duraría hasta 1417.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)