BEATA TORIBIA MARTICORENA SOLA
24 de octubre
1936 d.C.



   Con 23 años, la postulante Toribia llegaba con una sólida base doctrinal adquirida en familia y en la parroquia de Murugarren. Estaba habituada a las prácticas de piedad, a buscar la propia perfección, al trabajo diligente, a convivir en una familia numerosa, a darse a los demás sin egoísmos y a conformar en todo momento su conducta a las enseñanzas del evangelio. Hizo su postulantado en el hospital de Viana (Navarra), y el noviciado en Madrid.En los 21 años de vida religiosa, tuvo los siguientes destinos: Granada, León, Valladolid, hospital militar de Larache en plena guerra y sanatorio antituberculoso de San Adrián de Besós (Barcelona) donde alcanzó el martirio. Sor Toribia comunicaba a todos los enfermos optimismo y alegría. La querían mucho los enfermos. Cuando alguno estaba muy grave, hasta que le acompañaba en el bien morir, ni comía, lo dejaba todo por el enfermo. Decía al venir la persecución: “Nos matarán, pero sobre todo, Dios”.

   MARTIRIO: El domingo 19 de julio de 1936 por la noche, una patrulla de marxistas del pueblo de Santa Coloma de Gramanet tomó posesión del centro con violencia. Las Hermanas cambiaron su hábito por el uniforme de enfermeras sin poner obstáculos, pero al imponerles como condición para permanecer en el sanatorio: “quitarse de la cabeza la idea de Dios”, ellas no lo aceptaron y fueron despedidas.A sor Toribia y sor Dorinda las instalaron en Barcelona en la casa del director del sanatorio, quedando las dos prácticamente solas al cuidado de un hijo de trece meses, por tener que ocultarse también la familia del doctor. Denunciadas por una antigua sirvienta, sufrieron el primer registro a primeros de octubre de 1936. La señora, que estaba aquel día en la casa, las presentó como cocinera y niñera, pero les hicieron un largo interrogatorio en privado y ellas no negaron su condición de Hijas de la Caridad.El sábado 24 de octubre de 1936, unos siete u ocho patrulleros de la FAI del barrio del Clot, se presentaron a media mañana en el domicilio, hicieron salir a las Hijas de la Caridad y las llevaron por separado, cada una en un coche, en el que iban varios milicianos custodiándolas. Al meterlas en los coches, los comunistas dijeron a la portera de la casa: "En cuanto estas dos nos digan dónde están las demás, las soltaremos". Las fusilaron hacia el mediodía del mismo 24 de octubre de 1936 en la llamada carretera de las Aguas por La Rabassada, en la falda del Tibidabo dejando los cadáveres abandonados en la cuneta de la carretera, como solían hacer con todos.  

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(Parroquia San Martín de Porres)