BEATO TOMÁS DE CELANO
1260 d.C.
4 de octubre



Su vida

Fray Tomás, hijo de los condes de Marsi o de Celano Berardo y Margarita Gualtieri, nació por el año 1190. Recibió una excelente formación humanista con el estudio de las letras clásicas, de la Escritura y de los Padre de la Iglesia. En 1215, sintiéndose llamado por el Señor, profesó en manos de Francisco la Regla de los Hermanos Menores, aprobada oralmente por Inocencio III seis años antes. En su primera Vida del santo recuerda su experiencia: "Loado sea el buen Dios, que tuvo a bien, por su sola benignidad, acordarse de mí y de otros muchos: y es que, una vez que entró en España, se enfrentó con él, y, para evitar que continuara adelante, le mandó una enfermedad que le hizo retroceder en su camino. Volvióse a la iglesia de Santa María de la Porciúncula, y al poco tiempo se le unieron, muy gozosos, algunos letrados y algunos nobles..." (1Cel 56-57).
Después del fracaso de las expediciones misioneras por Europa, en 1221, durante el capítulo general "de las esteras", fray Tomás fue uno de los 90 religiosos que se ofrecieron a fray Elías, vicario general de la Orden por enfermedad de Francisco, para ser enviado a  Alemania, y uno de los 25 elegidos para fundar dicha provincia, con Cesáreo de Spira al frente de ellos. Gracias a la Crónica de uno de ellos, fray Jordán de Giano, sabemos que , en marzo de 1223, fr. Tomás fue elegido Custodio de los conventos de Maguncia, Worms, Spira y Colonia. Al final del mismo año, el ministro provincial fr. Cesáreo regresó a Italia para entrevistarse con Francisco, dejando a fr. Tomás en su lugar como vicario.

El capítulo general de 1224 eligió como nuevo ministro de Alemania a fr. Alberto de Pisa y éste, tras consultar a fr. Tomás y a otros religiosos prudentes y sabios, convocó y celebró capítulo provincial el 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen.

Al parecer, fr. Tomás regresó en 1226 a Asís, a la Porciúncula, donde fue testigo de la muerte de san Francisco, como él mismo afirma y como lo demuestra su forma de relatar los últimos días del "Poverello". Dos años después, será también testigo excepcional de la canonización de Francisco y de la fundación de una basílica en su honor, por obra de Gregorio IX (16-17 de julio de 1228). A principios de 1230, después de haber escrito la primera biografía de san Francisco, fray Tomás fue enviado a fundar el convento de Tagliacozzo en la región del Abruzzo, no muy lejos de Celano, pero su permanencia allí debió de ser muy breve.

Hacia el año 1256, después de haber redactado la segunda Vida y el Tratado de los Milagros, a petición de las clarisas se trasladó a Val de Varri, en calidad de director espiritual, y allí permaneció hasta su muerte en el 1260. Su cuerpo reposa en una urna en la iglesia de San Francisco de Tagliacozzo.


Su obra: la Primera Vida de san Francisco (1228-1229)
Después de la canonización de san Francisco, el que antes fuera cardenal Hugolino, protector de la Orden (1217-1227) y ahora papa con el nombre de Gregorio IX, encargó a fr. Tomás la tarea "de relatar, como mejor he podido, aunque sea con palabras desmañadas, siquiera lo que oí de su propia boca (de Francisco) o lo que he llegado a conocer por testigos fieles y acreditados" (1Cel1).
Fr. Ángel Clareno, entre las "cuatro personas respetabilísimas que han escrito la vida del Pobre y humilde hombre de Dios Francisco, hombres ilustres por ciencia y santidad", incluye a Tomás de Celano. Y Jordán de Giano, al narrar la misión a Alemania, dice que entre los enviados estaba "Tomás de Celano, el que luego escribió la primera y segunda leyenda de san Francisco".
El 25 de febrero de 1229, la obra completa fue presentada al Pontífice, que se encontraba en Perusa, y, después de examinarla, la propuso a los frailes menores, para que conocieran mejor a su santo fundador y pudieran imitarlo.


Segunda Vida de san Francisco (1246-1247)

En 1244, fr. Crescencio de Jesi, dándose cuenta de que la primera Vida o biografía era insuficiente, invitó a fr. Tomás a redactar una segunda, con la ayuda de los frailes que habían vivido con Francisco. Entre 1246 y 1247, con las sugerencias de Rufino León y Ángel, que le enviaron desde Greccio un ramo de "florecillas", es decir, de los recuerdos que les parecieron más hermosos, Tomás escribió su segunda biografía, la que luego llamarían "leyenda antigua". El contenido nos lo explica él mismo: "Este opúsculo contiene, en primer lugar, algunos hechos maravillosos de la conversión de Francisco, que, or no haber llegado de ninguna manera a noticia del autor, quedaron, por tanto, fuera de las leyendas que había escrito ya (la primera y la versión breve para el coro). A continuación intentamos decir y declarar con espero cuál fue la voluntad buena, grata y perfecta del santísimo Padre para consigo y para con los suyos, en toda práctica de doctrina del cielo y en la tendencia a la más alta perfección, que mantuvo siempre en sus relaciones santamente amorosas con Dios y ejemplares con los hombres. Se intercalan algunos milagros que hacen al caso. Describimos, en fin, llanamente y sin alardes de estilo, cuanto se nos ofrece, queriendo, en lo posible, aficionar a los despreocupados y complacer a los entusiasmados" (2Cel 2).


Tratado de los Milagros (1252-1253)

A muchos, sin embargo, los milagros les supieron a poco. Entonces se dirigieron al ministro general Juan Buralli de Parma y éste, entre el 1247 y 1249, invitó en varias ocasiones por escrito a fr. Tomás, para que narrara la historia taumatúrgica de Francisco. Ese fue el origen del "Tratado de los Milagros, compuesto por fr. Tomás entre el 1252 y el 1253. De todo esto nos da cuenta fr. Salimbene de Parma, con estas palabras: "En el año 1244 murió fr. Haymón el inglés (Aymón de Faversham), Ministro general de la Orden, y fue elegido sucesor fr. Crescencio (e Jesi)... Éste mandó a fr. Tomás, autor de la primera leyenda de san Francisco, que escribiese una segunda, porque había demasiadas noticias que no habían sido recogidas en aquella. y fr. Tomás escribió un hermoso libro sobre los milagros y la vida del bienaventurado Francisco".

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(Parroquia San Martín de Porres)