BEATO TOMÁS
BULLAKER
1642 d.C.
12 de octubre
Nació en Chichester (Sussex). Era el único hijo de un tan
piadoso como buen médico de Chichester. Sus padres eran
católicos fervientes, y, siguiendo su ejemplo, Bullaker
creció en los caminos de la inocencia y la piedad. A temprana
edad fue enviado al Colegio Inglés en St-Omer, y desde
allí se trasladó a Valladolid, en España, para
completar sus estudios. Convencido de su vocación a la Orden
Franciscana, previa una muy inquieta deliberación,
recibió el hábito en Abrojo, y unos años
después, en 1628, fue ordenado sacerdote. Habiendo salido de
España para trabajar en la misión inglesa,
desembarcó en Plymouth, pero fue detenido inmediatamente y
puesto en prisión. Liberado luego de dos semanas del inmundo
calabozo donde había sufrido las dificultades más
adversas, Bullaker -por orden del Padre Tomás de San Francisco,
Provincial en Inglaterra- trabajó durante casi doce años,
con mucho celo y devoción, entre los católicos pobres de
Londres.
Sacerdote franciscano de corazón ardiente, defensor
de la fe, el 12 de octubre de 1642, después de haber recibido la
absolución de un cohermano, El 11 de septiembre de 1642, fue
capturado mientras celebraba el Santo Sacrificio en la casa de una
benefactora piadosa. Él mismo ha dejado un relato parcial y
conmovedor de su detención y juicio. Fue condenado a ser
arrastrado hasta Tyburn y al canto del Te Deum subió al
patíbulo, donde fue ahorcado y horriblemente despedazado en la
plaza londinense de Tyburn.
Se cuenta que cuando iba a salir de la cárcel se
encontró con el beato Arthur Bell, religioso de su propia orden,
que le dijo: «Hermano, he profesadi antes de ti, ¿por
qué tienes prioridad?» A lo que Bullaker respondió:
«Es la voluntad de Dios, pero tú me
seguirás». Bell recordó las palabras
proféticas del piadoso Bullaker cuando su propio día del
martirio estaba cerca. Bullaker fue beatificado el 22 de noviembre de
1987.