BEATO SATURNINO TOBAR GONZALEZ
24 de octubre
1936 d.C.
Ingresó en la
Congregación a los 30 años de edad; su hermano Maurilio, 11
años más joven que él, estaba ya cursando la carrera
sacerdotal en la Congregación. Los primeros 12 años acompañó
a los padres en las misiones, luego estuvo al frente de la labranza en Valdemoro
y Hortaleza, dejando fama de hombre desprendido, honrado, inteligente, trabajador,
bueno y afable. Ello sirvió para que indiscutiblemente fuera considerado
como el mejor candidato para administrador de las fundaciones confiadas a
las Hijas de la Caridad para lo que en 1917 pasó a formar parte de
la comunidad de la calle Lope de Vega, junto al noviciado y casa provincial
de las mismas. Cerca de treinta años vivió exclusivamente dedicado
a mirar por la hacienda de los pobres. En su administración se veía
claramente que solo buscaba la gloria de Dios y el bien de la Compañía.
Aunque tenía muchas ocupaciones, acudía puntualmente a la oración
mental y demás actos piadosos. El 11 de mayo, día de la quema
de conventos, personas amigas suyas le quisieron defender o esconder. Él
lo rehusó y decía que había que ganar el Cielo, que
estaba dispuesto a morir si era preciso.
MARTIRIO: El H. Saturnino Tobar estuvo refugiado en casa de
D.ª Julia Angulo Pozas, prima segunda suya y gran bienhechora de la
comunidad, en la calle Abascal, 9, 1º, actual 27, 3º, desde el
mes de julio hasta mediados de agosto de 1936 en que lo cogieron prisionero
junto con su protectora. A D.ª Julia la soltaron esta vez, pero al H.
Tobar lo llevaron a la calle San Felipe Neri convertida ya en prisión
y, a partir de ese momento fue objeto de los mismos tormentos del P. José
María Fernández y compañeros muertos en Vallecas el
23 de octubre de 1936.
Estaban refugiados en el mismo piso de la calle Abascal, su
hermano el P. Maurilio Tobar, superior de la casa de Lope de Vega y el P.
Ponciano Nieto, pero en el momento de efectuar este registro que acabó
con la detención del H. Saturnino no se encontraban en casa. Ambos
Paúles y la misma D.ª Julia serán también víctimas
de la persecución al ser hallados en la casa en otro registro, el
23 de septiembre del mismo año 1936.