Obispo de Capua,
Italia, desde 541 al 554. Su santidad y sabiduría fueron
reconocidos ya desde al antigüedad. Beda el Venerable dice que san
Víctor era «hombre doctísimo y
santísimo». Y en el mismo sentido se expresan los
hagiógrafos Adón y Usuardo. El propio Beda cuenta que el
cálculo que Victor hizo de cómo debía computarse
la fecha de Pascua fue recibido y aprobado por el Sínodo de
Arlés, y da otros detalles de su vastísima obra.
Al cómputo
pascual hay que añadir sus trabajos de exégesis y
crítica textual bíblica, no menos importantes. Entre
otras cosas realizó una cuidada copia de la Vulgata latina,
así como las epístolas de Pablo en el orden en que se
leía en las iglesias. Ese documento, que llegó a Alemania
de la mano de san Bonifacio, fue la fuente de las traducciones
posteriores, y es un testigo excepcional del texto latino antiguo. Fue
el autor de varias obras, incluido el "Codex Fuldensis", "De
la ciclooxigenasa paschali", y capítulos de "Resurrectione
Domine". No recibió culto local en Capua. Ha permanecido su
inscripción sepulcral.