SANTO TORIBIO DE
ASTORGA
16 de abril
460 d.C.
Nació en Astorga. Peregrinó a Tierra Santa, conociendo
grandes santuarios. En Jerusalén fue ordenado sacerdote y
nombrado custodio de los santos lugares de la ciudad. Ante la amenaza
que pudiera sufrir preciadas reliquias, recogió algunas de
importancia como el brazo izquierdo de la cruz de Cristo y
marchó a Roma y después volvió a su ciudad natal
de Astorga.
Hacia el 444 fue elegido obispo de Astorga. No le faltaron detractores;
el arcediano Rogato le calumnió y Toribio demostró su
inocencia poniendo sobre el encaje de su roquete y en sus manos las
brasas encendidas de un incensario y así demostró su
inocencia. Luchó contra el priscilianismo que decía que
el alma es una porción de la sustancia divina, y que el cuerpo
es hijo del caos y de las tinieblas; la vida del hombre está
marcada inexorablemente por el curso de los astros; el matrimonio es
malo, y la procreación, peor. Contra todo esto arremetió
Toribio en una campaña seria y constante. De esta lucha se
conservan algunos restos: una carta suya dirigida a dos obispos de la
región; y una respuesta del Papa san León I Magno (447)
que nos ayudan a comprender el ambiente de lucha de aquellos
años de invasiones y confusión. Presidió dos
concilios uno en Braga y otro en Toledo.
En el 456 los godos destruyeron Astorga y lo llevaron preso a las
Galias, al regresar de la cautividad reconstruyó la ciudad, y
una vez pacificada, se retiró a un monasterio. A instancias de
sus conciudadanos bendijo la ciudad desde su retiro y permaneció
con ellos hasta su muerte. Toribio fue una lumbrera de su azarosa
época. Sus restos fueron trasladados al monasterio de Santo
Toribio de Liébana.