SANTO TOMÁS
NGUYEN VAN DE
19 de diciembre
1839 d.C.
En la
localidad de Bac-Ninh en Tonkín, hoy Vietnam, santos
mártires Francisco Javier Ha Thong Mau, Domingo Bui Van Uy,
catequistas, Tomás Nguyen Van De, sastre, y Agustín
Nguyen Van Moi y Esteban Nguyen Van Vinh, campesinos, de los cuales uno
era neófito y el otro todavía catecúmeno: por
rechazar ultrajar a la cruz, sufrieron cárcel y tormentos y, al
final, extrangulados por orden del emperador Minh Mang.
Tomás Nguyen Van Dê había nacido en
Ké-Mot, en el que creció, se casó, tuvo hijos y se
ganaba la vida como sastre. Al llegar los soldados lo arrestaron por
ser el cristiano más distinguido del pueblo. Tras el primer
interrogatorio, pudo visitarlo su esposa y él le
encomendó a sus tres hijos diciéndole que estaba
dispuesto a morir por Cristo. En la cárcel hizo la
profesión en la Orden Tercera de Santo Domingo. Tenía 27
años de edad.
Todos ellos pertenecían a la
comunidad cristiana de
Ké-Mot, encomendada al P. Pedro Tu, y fueron arrestados con
motivo de la intensa búsqueda que del párroco
hacían las autoridades. La búsqueda empezó el 28
de junio de 1838, y el día 1 de julio siguiente ya estaban los
cinco capturados y eran conducidos a la capital de la provincia
Nonh-Thai. Llevados ante el tribunal se les conminó durante
días y días a pisotear la cruz. Por fin el 27 de julio se
dictó contra ellos sentencia de destierro perpetuo,
además de ciento cincuenta azotes. Sin embargo el rey Minh-Manh
ordenó que la sentencia fuera cambiada por la pena de muerte si
no se producía la apostasía. Los presos siguieron en la
cárcel, donde hicieron un exitoso apostolado entre los otros
reclusos. Así se llegó al 24 de noviembre de 1839 en que,
vista la perseverancia en la fe, se confirmó la sentencia de
muerte, que se ejecutó el 19 de diciembre en Bac Ninh.
Beatificados en 1900, fueron canonizados por SS Juan Pablo II en 1988.