SANTOS FÉLIX Y RÉGULA
305 d.C.
11 de septiembre



   Eran hermanos africanos, cuyo culto se implantó a consecuencia de una traslación de sus reliquias a Zurich. Cuando el martirio de san Mauricio y sus compañeros de la Legión Tebana (a la cual dicen que pertenecían), durante la persecución de Maximiano Hercúleo, se refugiaron en Glarus, cerca de Zurich, Suiza, donde fueron encontrado y martirizados en Zurich junto a Exuperancio que era su criado. Como se negaban a adorar a los ídolos, Decio, gobernador del emperador Maximiano, los hizo sumergir en aceite hirviendo, atormentar en la rueda y por último decapitar.

   Los Santos habrían llevado sus cabezas cortadas al sitio donde se levanta la catedral de Zurich. Allí se acostaron uno junto a la otra. Carlomagno, guiado por un ciervo, descubrió sus cuerpos decapitados a los que dio sepultura en presencia del obispo.

    Según el “Breviario de Munébrega” (Zaragoza), diócesis de Tarazona, estos dos hermanos de la Legión Tebana, llegaron a la ciudad de Torrijo, dominada por los suevos, donde después de pasar algún tiempo en ayuno y oración, predicaron el Evangelio al pueblo... A este tiempo llegaron los perseguidores del emperador Maximiano, y el prefecto Daciano, después de oir su confesión de fe, les mandó asar en una parrilla de la que salieron ilesos y luego fueron decapitados, y llevaron sus cabezas en las manos hasta el lugar donde fueron sepultados.

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(Parroquia San Martín de Porres)