SAN TEODORO "TRIQUINO"
20 de abril
330 d.C.
Es uno de
los grandes santos del monacato oriental de los primeros siglos del
cristianismo. Siendo joven en Constantinopla, se sintió atraido
por la vida austera y espiritual de los monjes de Oriente, y
vivió como un eremita en su ciudad natal.
Era un hombre de vida austera, y dedicaba gran
tiempo a la oración; dejó el mundo y se retiró a
un monasterio situado al pie del monte San Asencio, en Calcedonia,
sobre el Bósforo, que luego tomo el título de su
sobrenombre «Triquinas». Este apelativo, que significa
«peludo», le fue dado a Teodoro a causa de la túnica
de largos pelos de crines de caballo que constituía su
única vestimenta. En breve tiempo su santidad le obtuvo el don
de expulsar demonios y obrar milagros.
Después de su muerte, ocurrida en una fecha
imposible de establecer, su tumba devino lugar de peregrinación,
sobre todo porque del sepulcro se destilaba un ungüento milagroso
que tenía el poder de curar enfermedades. Los sinaxarios
bizantinos lo colocan el 20 de abril; en Occidente el culto de san
Teodoro Triquino fue completamente desconocido hasta el siglo XVI,
cuando el docto hagiógrafo Cardenal Baronio lo introdujo en la
primera edición del Martirologio Romano, con fecha 24 de
abril, aunque en la actualidad es celebrado el día 20 de abril.