SAN TEODORO "EL CAPITÁN"
7 de febrero
319 d.C.



   Natural de Eukaita. Perteneciente a la milicia del Imperio Romano, era capitán de los soldados cuando gobernaba el emperador Licinio. Durante toda la vida estuvo entregado a  multitud de combates y batallas, pero su disponibilidad y consagración total fue para el Señor. No en vano, libró mayor número de batallas contra el dragón maligno, para poner de manifiesto su fidelidad a Cristo y al Reino de los Cielos. También visitó a todos los soldados perseguidos por su Fe para animarles en el combate y estimularles en la tarea de servicio que desempeñaban en bien de Roma. 

   La ocasión de descubrirle como cristiano se presentó el día en que el soldado pidió al Emperador que le dejase llevarse las estatuas de los dioses a su casa. Como excusa alegó que quería limpiarlas y perfumarlas para que el suave aroma impulsase a los que se acercasen, a ofrecerles sacrificios y ofrendas. Pero tan pronto como estuvo a solas en su casa con aquellas falsas divinidades, las destruyó todas. Al enterarse Licinio, supo que Teodoro pertenecía a los cristianos, grupo considerado como enemigo de los intereses imperiales. Por eso, le hizo detener y encarcelar. Murió decapitado en Heraclea.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)