SAN TEODORO DE SIKION
22 de abril
613 d.C.
Nació de forma milagrosa bajo la protección de san Jorge
en Sikion (Galazia-Turquía). Se crió en un
prostíbulo que regentaban su madre y su tía. Tuvo una
cocinera que le instruyó en las verdades evangélicas y
así cuando fue adulto, se retiró a una cueva dedicada a
san Jorge, y vivió la vida eremítica consagrada a la
penitencia más profunda. Su fama de santidad atraía
visitantes, que además le atribuyeron el particular don de
exorcismo; por lo que para evitar que su fama se difundiese más,
prefirió retirarse a las montañas, intentando vivir en
una gruta escondida, conocida sólo por otra persona, a quien
tocó más tarde sacarlo de allí en mala salud,
sucio e infectado. Con sólo dieciocho años recibió
la ordenación presbiteral, después de lo cual fiel a su
vida penitencial peregrinó en Tierra Santa, donde visitó
cenobios y recibió el hábito monástico.
A su regreso emprendió un nuevo estilo de vida extremadamente
austero, similar al de los «estilitas», y comenzó a
vivir en cestas colgantes. Se le atribuyó a su
intercesión toda suerte de milagros, hecho que le
proporcionó nuevamente visitantes y discípulos, por lo
cual se vio obligado a organizar un monasterio, un hospedaje y una
iglesia.
A pesar de sus súplicas, fue elegido por el pueblo obispo de
Anastasiópolis. Ocupó este cargo durante diez
años, hasta que lo liberó el patriarca de Constantinopla
y el emperador. Su episcopado se caracterizó principalmente por
milagros y prodigios. No quedan noticias de su actos episcopales, si no
sólo vestigios de controversias con algunas aldeas del
término diocesano, que estaban confiadas a señores laicos
que maltrataban y oprimían a la población, y Teodoro
intentó corregir.
Consiguió al fin la dimisión para poder dedicarse en alma
y cuerpo a la oración y al cuidado de sus monjes, que durante su
ausencia habían adquirido costumbres muy relajadas. Se
afincó en Heliópolis, pero fue llamado a Constantinopla
para recibir honores del emperador, cuyo hijo había curado.
Pasó el resto de sus días en el monasterio, haciendo
milagros y recibiendo a los visitantes. Nació al cielo en el
año 613. A lo largo de su vida fue un gran devoto de San Jorge y
contribuyó a la difusión de su culto.