SANTA WULFHILDA
9 de diciembre
1000 d.C.



   Cuando era novicia en la abadía benedictina de Wilton, el rey Edgardo pidió su mano, pero ella deseaba hacerse monja; después de intentar raptarla en vano, el rey consintió que siguiera su vocación y la nombró abadesa de los monasterios de Barking y de Horton. Más tarde tuvo que huir de una abadía a la otra, (vivió en la de Horton durante 20 años), pero hacia el 993, consiguió regresar como abadesa de ambas casas.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)