SANTA VIRGINIA CENTURIONE BRASCELLI
15 de diciembre
1651 d.C.
Nació en Génova, en el seno de una familia noble. Aunque
desde niña manifestó su deseo de vivir la vida claustral,
tuvo que casarse, por voluntad de su padre, con 15 años, con
Gaspar Bracelli, joven heredero de una rica familia. Con él tuvo
dos hijas. El matrimonio no fue feliz porque él estuvo entregado
a varios vicios que le llevaron a la muerte en 1607; en este tiempo,
Virginia trató a su marido con todo el cariño. Virginia
se quedó viuda con 20 años.
Se consagró a
Dios con el voto de castidad y se entregó al servicio de los
pobres. La guerra entre Génova y Saboya le llevó a fundar
la Obra del Refugio para las jóvenes abandonas y en peligro.
Compró dos casas donde estableció su Institución,
naciendo así dos Congregaciones de Nuestra Señora del
Refugio: la del Monte Calvario, a la que perteneció más
tarde la beata María Repetto, y la Congregación de Hijas
de Nuestra Señora del Monte Calvario en Carignano. La
particularidad de esta nueva fundación, es que sus miembros
viven como religiosas siguiendo los tres consejos evangélicos y
vistiéndo hábito religioso, pero sin emitir votos, para
así poderse mover en el mundo, sobre todo en los hospitales,
para la asistencia de los enfermos. Virginia hizo por los pobres todo
lo que estuvo en su mano. Sobresalió por su gran devoción
a María, nunca fue superiora, sino una miembro más.
Realizó los trabajos más serviles, sin descansar nunca.
Tuvo que sufrir como sus colaboradoras, fueron decreciendo en
razón de su status social, que no querían verse
confundidas con otras colaboradoras, más pobres y sin vitola de
nobleza.
A
pesar de verse abandonada, y de ser la última de su
Congregación, siempre dedicada a los más pobres, su
fuerza moral hizo posible que la República de Génova
tomara a María como su protectora, que se iniciara la
devoción a las Cuarenta horas y las misiones populares en el
territorio ligur. En 1647 consiguió la paz entre la curia
diocesana y el gobierno de la República, en lucha durante
años por cuestión de prestigio. Sufrió cierta
fenomenología mística y murió en paz en su casa de
Carignano. El Sumo Pontífice Juan Pablo II la
proclamó beata en 1985 y el mismo pontífice la
canonizó el 18 de mayo de 2003.