SANTA MARÍA, LA ESCLAVA
Siglo II d.C.
1 de noviembre



   Santa María, la Esclava: la cual siendo acusada de que era cristiana, en tiempo de Adriano fue azotada cruelmente, extendida en el potro, despedazada con uñas de hierro, y así alcanzó la palma del martirio. Era esclava de Tertulo, senador romano. Oraba mucho, y ayunaba frecuentemente, cuya devoción desagradó a su supersticiosa ama; pero su fidelidad y diligencia la hacían apreciable de su Señor.

   La persecución de Diocleciano aterrorizaba entonces a todo el imperio. Tertulo, temeroso de perderla, no pudiendo vencer su contancia con promesas, la hizo aztar cruelmente, y luego la hizo encerrar en un aposento oscuro, donde permanecio treinta días sin más alimento que pan y agua. Pero habiendo llegado a noticia del juez esta ocurrencia, llamó a María ante su tribunal.

   Al oír el populacho la confesión de la Santa, pidió que la quemasen viva. El juez mandó que la atormentasen, cuya órden fue contal crueldad ejecutada, que el inconstante vulgo calmó a grandes voces que la libertasen. El juez para apaciguarle, mandó quitar la mártir del potro, y la entrgó a la custodia de un soldado. La virgen, más alarmada por el peligro de su pureza que por los tormentos, buscó y encontró modo de escapar, y se huyó a los montes. Acabó, pues, su carrera con una muerte dichosa, aunque no al filo del cuchillo: y es titulada mártir en el Martirologio romano y en otros, porque se daba comúnmente por San Cipriano y otros escritores aquel título a todos los que habían sufrido con constancia algunos tormentos por perseverar en la fe de Cristo.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)