SANTA MARÍA DE
SANTA EUFRASIA PELLETIER
24 de abril
1868 d.C.
Nació en la isla Noirmoutier (Vendée) en Francia, en el
seno de una familia de clase media. Se llamaba Rosa Virginia Pelletier.
Estudió con las ursulinas de Chavagne, y después, al
quedarse huérfana de padre, en "La Asociación Cristiana"
de Tours. Desde este momento manifestó un carácter
fuerte, jovial y comunitativo, animado por una sobresaliente
inteligencia. En 1814, ingresó en las Religiosas de Nuestra
Señora de la Caridad, de san Juan Eudes, y toma el nombre de
Eufrasia, por indicación de su maestra de novicias, porque era
la santa más humilde del santoral, aunque ella quería
llamarse Teresa. En 1817, hizo su profesión religiosa; fue
destinada al cuidado de las jóvenes penitentes acogidas en la
casa. En este trabajo pasó diez años como primera
maestra. En 1826 instituyó la obra de las "Magdalenas" que se
inspiraba en la espiritualidad del Carmelo, en la que eran acogidas las
jóvenes que, después de haber emprendido el camino del
bien, deseaban consagrarse al Señor. En 1829, María se
trasladó a Angers para fundar allí un "refugio" de su
Congregación.
Fundó en Angers, la Congregación de Nuestra
Señora de la Caridad del Buen Pastor, con la intención de
concentrar en la casa de Angers, las nuevas fundaciones, y no como
hasta ahora, cada casa era independiente una de otra y era imposible
nuevas fundaciones, y crecieron las tensiones con la casa madre de
Tours, por intrigas de diversos eclesiásticos, que
pretendían gobernar la Orden de Nuestra Señora de la
Caridad. La fundación de esta Congregación, parte de la
ya fundada por san Juan Eudes. Su misión era curar moralmente a
las mujeres que habían sido violadas o sufrido trata de blancas
u otro mal moral; para ello, esta congregación estaba dividida
en dos categorías: las "Preservadas", que eran huérfanas
en situación de peligro y las "Penitentes", que eran las que ya
habían caído en la prostitución. Fue elegida
superiora del monasterio de Tours.
En 1931, fue elegida superiora de la casa de Angers, y fue
cuando se produjo la nueva Congregación. En 1830, ya
tenía cerca de 72 penitentes, 12 magdalenas y 80
huérfanas, así como la fundación de nuevas casas.
Su trabajo atrajo envidias y sobre todo el rechazo de la sociedad
liberal de su época, por ello sufrió toda clase de
persecuciones por parte de ésta. Puso como su protector al
cardenal Odescalchi y ella redobló sus penitencias y su
oración ofreciéndose a la cruz. "Ah, hijas mías
las cruces dan la fe". Durante su existencia, se expandió la
Congregación por los cinco continentes, y contó desde un
principio con la aprobación de la Santa Sede y del papa Gregorio
XVI. Murió en Angers viendo el fruto de sus esfuerzos. Fue
canonizada por Pío XII el 2 de mayo de 1940.