SANTA LEOCADIA DE TOLEDO
9 de diciembre
303 d.C.



   Era hija de padre griego y madre toledana, pertenecientes a la aristocracia hispano-romana; fue educada cristianamente y era conocida en Toledo, su ciudad natal, por su belleza y amor hacia los pobres; pertenecía a la orden de las vírgenes.

   Al inicio del siglo IV penetró en España, procedente de las Galias, el gobernador imperial Daciano que traía fama de ser cruel. Dice un autor antiguo: "La tierra, empapada de sangre, gritaría, si la lengua callase, la magnitud de los escarnios, azotes y tormentos y derramamientos de sangre por él perpetrados. Testimonio cruento de su paso feroz fueron los mártires Félix, Cucufate, Eulalia, los Innumerables de Zaragoza, los santos hermanos Justo y Pastor, los también hermanos Vicente, Sabina y Cristeta y la emeritense virgen Eulalia".

   Daciano al llegar a Toledo, lo primero que hizo fue aplicar el edicto de persecución de Diocleciano contra los cristianos. No sabemos cómo, pero lo cierto es que la joven Leocadia se presentó ante el gobernador que se quedó sorprendido de que una joven de buena familia fuera cristiana y la quiso hacer abjurar de su fe, y para ello la encerró en la cárcel hasta que apostatara, y ella mientras tanto oraba en su encierro. Le hablaron de una joven de Mérida, santa Eulalia, que acababa de morir por no haber querido renegar de su fe. Aquello se le dijo para que abjurase y atemorizarla, pero surgió el efecto contrario: Leocadia quiso imitar a Eulalia. El prefecto mandó decapitarla, pero no se pudo cumplir la sentencia, Leocadia había muerto en prisión, delante de una cruz que ella misma había grabado en la roca. La leyenda dice que fue arrojada al vacío desde lo alto de un cantil. Patrona de Toledo.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)