304 d.C.
7 de octubre
Santa
Justina, virgen y mártir, en Padua; la cual habiendo sido
bautizada por San Prosdocimo, discípulo de San Pedro, como
permaneciese constante en la fe, habiéndola traspasado con una
espada por sentencia del presidente Máximo, voló al
Señor.
Fortunato la coloca entre las Santas vírgenes más ilustres, cuya santidad y cuyos triunfos adornaron y edificaron la Iglesia. El templo que en Padua tiene erigido en honor suyo, y en el cual se guardan sus preciosas reliquias, es uno de los modelos de arquitectura más acabados del mundo.
Esta Santa es después de San Marcos, Patrona de Venecia, y su imagen se halla estampada en cuño. El senado de esta república le hacía solemne procesión en un día como hoy, en hacimiento de gracias por la victoria de Lepanto contra los turcos, en el mismo en que se guardaba su festividad.
Fortunato la coloca entre las Santas vírgenes más ilustres, cuya santidad y cuyos triunfos adornaron y edificaron la Iglesia. El templo que en Padua tiene erigido en honor suyo, y en el cual se guardan sus preciosas reliquias, es uno de los modelos de arquitectura más acabados del mundo.
Esta Santa es después de San Marcos, Patrona de Venecia, y su imagen se halla estampada en cuño. El senado de esta república le hacía solemne procesión en un día como hoy, en hacimiento de gracias por la victoria de Lepanto contra los turcos, en el mismo en que se guardaba su festividad.