SANTA JULIA BILLIART
8 de abril
1816 d.C.
María Rosa Julia Billiart nació en Cuvilly
(Picardía), en el seno de una familia de agricultores acomodados
propietarios también un pequeño comercio. A los 14
años hizo voto de castidad y se dedicó al servicio e
instrucción de los pobres, pero un día alguien
disparó a través de la ventana de su casa. Como resultado
de la conmoción, quedó paralítica durante 20
años hasta que en 1804, encontró un sacerdote misionero
que la pidió orar una novena al Sagrado Corazón. Al
quinto día se acercó a ella diciendo: “Madre, si tienes
algo de fe, da un paso en honor del Sagrado Corazón”. Julia se
puso en pie y empezó a caminar.
En 1790, durante la
revolución francesa y la época napoleónica, tuvo
que huir a Compregne, perseguida por las autoridades, debiendo cambiar
de residencia constantemente. Las penalidades agravaron de tal suerte
su enfermedad que perdió el habla durante varios meses. Al fin
del tiempo del Terror se trasladó a Amiens a la casa del
vizconde Blin de Borbón. Ahí recobró el habla y
conoció a Francisca Blin de Borbón, mujer inteligente y
culta, vizcondesa de Gézaincourt, que sería su amiga
íntima y colaboradora. La persecución estalló
nuevamente y Julia debió refugiarse en casa de la familia Doria,
en Bettencourt, donde conoció al padre José Varin.
En Amiens, Julia y
Francisca fundaron el Instituto de de Notre Dame o Instituto de Santa
María con apoyo del padre Varin. El fin del instituto era el
cuidado espiritual de los niños y la formación de
catequistas. Fue la primera congregación religiosa moderna sin
distinciones entre las religiosas. Pronto ingresaron al instituto
algunas candidatas, se abrió un orfanato y se inauguraron clases
nocturnas de catecismo. Julia decía: "Pensad cuán pocos
sacerdotes hay actualmente y cuántos niños necesitados se
debaten en la ignorancia. Tenemos que luchar para ganarlos para Cristo".
La salud le
permitió consolidar y extender su obra: se inauguraron los
conventos de Namur, Gante y Tournai. El padre Varin fue sustituido por
otro sacerdote. El nuevo confesor sembró la discordia y
logró alejar de la madre Julia a muchas personas que hasta
entonces habían visto con buenos ojos la fundación. El
obispo de Amiens exigió que la madre saliera de su
diócesis y se retiró con las religiosas al convento de
Namur donde el obispo las recibió cordialmente. Fue una gran
difusora de la devoción del Sagrado Corazón.
La madre Julia pasó
los siete últimos años de su vida formando a las
religiosas y fundando nuevas casas. Inicios Desde 1816 la salud de la
madre decayó rápidamente. Murió mientras recitaba
el Magnificat. Fue canonizada por Pablo VI el 22 de junio
de 1969.