SANTA FRANCA
25 de abril
1218 d.C.
Nació en Piacenza, en el palacio de los condes de Visalta. A los
siete años (según el uso del tiempo) fue consagrada a
Dios en el convento benedictino de San Siro; a los 14 hizo los votos, y
pese a su juventud, aventajaba a las otras religiosas en obediencia,
devoción y olvido de sí misma. Pronto, con 23
años, a pesar de su juventud, fue nombrada abadesa. Sin embargo,
cuando quiso desterrar algunos abusos introducidos en la comunidad, la
mayoría, la apoyó, excepto un pequeño grupo, que
intentó sembrar la discordia, lo que provocó que fuera
destituida. Durante años, la santa tuvo que afrontar calumnias,
falsos testimonios y graves pruebas interiores.
En 1200 estaba
formándose una noble doncella, llamada Carencia, que
quería hacerse religiosa, pero le desagradaba el ambiente del
monasterio, consultó con Franca, que le aconsejó que su
familia fundara un monasterio del Cister en la ciudad, y allí
fundó el monasterio de Montelana. Franca, deseosa de una
observancia más estrecha, pasó al nuevo monasterio con
permiso del obispo. La santa fue nombrada abadesa de la nueva
fundación, lugar donde reinaba la austeridad y la pobreza de la
regla cisterciense. Pero la abadesa no estaba todavía
satisfecha, por lo que pasaba noches enteras en la capilla entregada a
la oración. Al ver que se debilitada en forma alarmante la salud
de la abadesa, las religiosas ordenaron al sacristán que
guardase la llave de la capilla; pero ello no bastó para impedir
que la fervorosa superiora continuase con sus vigilias. Fue una mujer
de una profunda oración y vida espiritual. Confirmó su culto el Papa Gregorio X
en 1273.