SANTA FLORA DE BEAULIEU
1347 d.C.
5 de octubre



   Natural de Maurs, Auvernia en Francia. A los 14 años ingresó en la Orden hospitalaria de San Juan de Jerusalén en Beaulieu. Las pruebas espirituales que debió afrontar y los fenómenos místicos que le acompañaron despertaron mucho interés

  Allí recibían a los enfermos y a los peregrinos. Desde su ingreso Flora tuvo que hacer frente a toda clase de pruebas espirituales. En una época le asaltó el deseo insidioso de volver al mundo. A consecuencia de esto sufrió una depresión nerviosa, y la tristeza que se revelaba en su rostro enfadaba a sus compañeras, las cuales insistían en tratarla como demente. Sin embargo, bajo la ayuda de un confesor que sí creyó en ella, la santa hizo grandes progresos en la vida espiritual, y Dios le concedió al fin las más extraordinarias gracias místicas. Tal vez, la más curiosa de estas experiencias fue la sensación que tenía la santa de que llevaba dentro de su cuerpo una cruz de madera de la que prendía el cuerpo del Salvador. Los brazos de la cruz le perforaban las axilas y le producían hemorragias. Unas veces eran bucales y otras, la sangre manaba de una herida que tenía en el costado. Sus éxtasis duraban a veces desde la misa de la mañana hasta las vísperas del mediodía.  Murió a los 38 años de edad. En su tumba se dieron numerosos milagros. Durante toda su vida, Flora fue colmada de gracias y de sufrimientos, en igual medida.

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(Parroquia San Martín de Porres)