SANTA COLUMBA DE
CÓRDOBA
853 d.C.
17 de septiembre
Era una
joven noble cordobesa que había escuchado las predicaciones de
san Eulogio. Y de ahí le vino la conversión.
Luchó, contra el parecer de su familia, para entrar en el
monasterio de Tábanos (Córdoba) de donde era abad su
hermano Martín del doble monasterio, y que había sido
fundado por su hermana Isabel y por el marido de ésta, san
Jeremías mártir. Muerta su madre logró hacerlo. En
este monasterio vivió felizmente con su hermana Isabel. Tuvo
grandes tentaciones pero supo dominarlas, pidió vivir como
reclusa en el monasterio y se lo concedieron. Columba llegó a
ser elegida abadesa. San Eulogio dice de ella: “perfecta en la
castidad, firme en la caridad, constante en la oración, pronta
en obedecer, propensa a la misericordia, fácil en el perdonar,
pronta a la enseñanza, dispuesta a enseñar”.
Como arreciase la persecución contra los
cristianos, tuvo que dejar el monasterio e ir a la ciudad para
esconderse; ella continuó con sus oraciones y penitencias por el
alma de los mártires; hasta que un día oyó los
cantos de un monasterio cercano, y tuvo nostalgia del Cielo, y del
heroico martirio de sus amigos: santos Digna e Isaac. Así se
presentó ante el cadí y confesó su fe cristiana,
ofendiendo a Mahoma, y exhortó a todos a que trabajaran por su
salvación. La decapitaron a las puertas del palacio, ante su
ejemplo, otra cristiana, santa Pomposa, dos días después,
dio su vida.