SANTA ANTUSA DE MANTINEA
27 de julio
777 d.C.



   Se dice que probablemente nació en la Honoríada (provincia de Anatolia a orillas del Mar Negro); y durante muchos años llevó vida eremítica conforme a las enseñanzas del anacoreta Sisinio. Luego fundó en la zona dos monasterios, uno para hombres, en Mantinea, cerca de Claudiópolis, y otro para mujeres, erigido en una islita del vecino lago de Efteni-Göl; el monasterio masculino era agregado al femenino (es decir que la abadesa regía a los dos).

   Subió al poder el emperador Constantino V Coprónimo (741-775), que quiso imponer las decisiones del concilio local de Hieria del 754, que condenaba las imágenes sagradas. Los monjes fueron más castigados que el resto, y eso dio a Constantino V tan desagradable sobrenombre (en griego «kopros» significa excremento). También Antusa fue acusada de venerar las imágenes sacras, rechazando la apostasía de los iconoclastas, y así fue perseguida, torturada y enviada al exilio.

   Pero Antusa había predicho a la emperatriz Irene, mujer de Constantino V, un buen parto de gemelos, y cuando ésta dio a luz un varón y una niña, y a pesar de haber sido un parto difícil, pudo llevarlo a un feliz desenlace, por ello recibió de parte de la emperatriz grandes honores, e incluso se le puso el nombre de Antusa a la niña que luego sería santa Antusa de Constantinopla. Liberada de la persecución y vuelta célebre en todo el imperio, volvió a su monasterio de Mantinea, donde, después de haber hecho muchos milagros, entregó su alma a Dios en torno al 777.

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(Parroquia San Martín de Porres)