SAN SOLA
4 de diciembre
794 d.C.
Benedictino anglosajón, que siguió a san Bonifacio a
Alemania donde fue discípulo del santo y recibió la
ordenación sacerdotal de sus manos. Al sentirse llamado por el
Espíritu Santo a la vida solitaria, su maestro le
aconsejó que se retirase a un sitio próximo a Fulda.
Después, se trasladó a las riberas del Altmuhl, cerca de
Eichstätt, donde vivió en una reducida celda, entregado a
la penitencia y a la oración.
Después del
martirio de san Bonifacio, los santos hermanos Wilebaldo, obispo de
Eichstät y Wunibaldo, sacerdote, le exhortaron a convertir su
celda, en centro religioso de la región. Para ello le regalaron
unas tierras, en las que se erigió más tarde la
abadía de Solnhofen, que dependía de la de Fulda.
San Sola pasó al Señor el 3 de diciembre de 794, y se
construyó una capilla en el sitio que el santo había
tenido su oratorio. El pueblecito de Solnhofen, al oeste de
Eichstätt, perpetúa la memoria del nombre de san Sola.