SAN ROBERTO DE MOLESMES
17 de abril
1111 d.C.
Nació en Troyes en
Champagne, en el seno de una familia de la nobleza local. Se hizo monje
a los 15 años, en la abadía benedctina de
Moutier-la-Celle; después de haber terminado el noviciado fue
elegido prior en 1053. Estimado por sus virtudes fue elegido abad de la
abadía cluniacense Saint-Michel en Tonnerre. Triunfó
desde el primer momento. Fue extraordinario en su forma de
enseñar a sus discípulos. Insatisfecho por la observancia
de los monjes dejó este monasterio y volvió a su antigua
abadía. Permaneció muy poco tiempo, porque fue nombrado
prior por los monjes de Saint-Ayoul, depediente de Moutier-la-Celle.
En 1074 fue nombrado superior de un grupo de ermitaños en el
bosque de Collan y en el 1075, se trasladó con esta
pequeña comunidad a Molesmes; pero en la medida que ésta
crecía, se sentía siempre menos satisfecho de esa vida, y
así se trasladó al eremitorio de Or.
Fue llamado a Molesmes, pero con el correr del tiempo, las tensiones en
la comunidad de Molesmes entre monjes que querían
«adherirse de un modo más estricto a los preceptos de
nuestro Padre San Benito» y otros que defendían los
valores de las tradiciones que ya vivían fueron creciendo. La
lucha entre los «innovadores» y los
«tradicionalistas» continuó. Sin duda, ante el poco
entusiasmo del obispo local por cambiar la situación de
Molesmes, los «reformadores» intentaron una entrevista con
Hugo de Die, el reformador, arzobispo de Lyon y legado del Papa Urbano
II.
Finalmente, con el consentimiento del legado Papal, en 1098 junto con
santos Esteban Harding y Alberico, en el bosque de Citeaux, un
monasterio y así iniciaron la reforma del Cister en el 1109,
donde vivían la regla de san Benito en soledad, sencillez y
pobreza absolutas, procurandose lo necesario para vivir con el propio
trabajo. En los documentos más antiguos, la fundación se
llama sencillamente «Nuevo Monasterio». El cambio por
«Císter» sólo tuvo lugar con la
expansión de la Orden, tal vez hacia 1119.
Pero fue llamado de nuevo a Molesmes por sus antiguos
monjes, que apelaron a Roma, murió siendo abad de este
monasterio obedeciendo los deseos del Papa. El 8 de enero de 1222 fue canonizado por
Honorio III.