SAN PROCLO DE BISIGNANO
19 de febrero
970 d.C.



   La más antigua noticia sobre san Proclo de Bisignano proviene de la «Vida de San Nilo», de inicios del siglo XII, donde se lee: «...el beatísimo y santísimo Proclo, personaje provisto de una instrucción enciclopédica, el cual había hecho de su mente un arca de obras tanto profanas como sacras. Antes de hacerse monje, siendo aun joven, en su tierra llevaba esta forma de vida: permanecía en ayuno todo el día hasta el caer de la tarde, dedicado a la lectura y absteniéndose de comidas cocidas al fuego y de bebidas gustosas; desde la víspera hasta el amanecer visitaba todas las iglesias del lugar recitando el salterio entero y haciendo a las puertas de cada iglesia tantas postraciones como se había prescripto, y que sólo Dios sabe. Entrado en la vida monástica, fue revestido por nuestro Santo Padre Nilo del hábito de la vida virtuosa, se sujetó a tanta abstinencia y a tan rígida ascética, que mortificó efectivamente sus miembros terrenos, y recibió molestísimas enfermedades hasta su último suspiro.»

   El pasaje de la vida de Nilo presenta a Proclo como un hombre dotado de una vastísima cultura, conocedor de innumerables obras sacras y profanas, conocidas e incluso no escritas, tanto que será llamado «enciclopedia viviente». La extraordinaria erudición de Proclo deja suponer un origen noble, y probablemente, por la práctica de una vida de reclusión y de tanta mortificación y penitencia, participó en la administración de la vida pública. No se sabe nada sobre la muerte del santo. Tiene culto local.

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(Parroquia San Martìn de Porres)