SAN POLIEUCTO DE MELITENE
7 de enero
259 d.C.



   Era un oficial romano, de padres griegos, de la Legión Fulminada, acantonada en Melitene. Siendo aún pagano, se hizo amigo de san Nearca, quien, cuando llegaron a Armenia noticias de la persecución contra los cristianos, se preparó para entregar su vida por la fe. Su única pena era que Polieucto todavía fuese gentil, pero tuvo la alegría bautizarlo y de inspirarle un ardiente deseo de morir por Cristo.

   Polieucto abiertamente se declaró cristiano, y pronto fue aprehendido y condenado a crueles tormentos. Cuando los verdugos se cansaron de atormentarlo, comenzaron a tratar de persuadirlo para que renunciase a Cristo. Las lágrimas y súplicas de su esposa Paulina, de sus hijos y de su suegro no hicieron mella en sus convicciones religiosas. Se mantuvo firme en la fe y recibió con alegría la sentencia de muerte. De camino a la ejecución, exhortó a los presentes a que renunciaran a sus ídolos y habló con tanto fervor, que muchos se convirtieron. Fue decapitado en Melitene (Armenia) durante la persecución de Valeriano; sus Actas, un tanto novelescas, las escribió Metafraste y, Corneille usó algunos elementos de su historia en su tragedia “Polyeucte”.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)