SAN PASCASIO RADBERTO
26 de abril
865 d.C.
Nació en Soissons. Huérfano muy joven se quedó en
la pobreza. Fue recogido, atendido y formado por las monjas
benedictinas de Soissons, quienes le bautizaron con el nombre de
Radberto. Más tarde tuvo la oportunidad de estudiar en el
monasterio masculino de la misma ciudad.
Bastante joven recibió la tonsura, entrando así en la
clase eclesiástica, aunque sin orden, por el momento, pues se
encontraba gozando de un relativo tiempo de fama como literato de
manera que, y según la costumbre entre éstos,
decidió adoptar un segundo nombre agregando al suyo aquel de
Pascasio.
Ingresó en los benedictinos, en la abadía de Corbie;
donde pronto se distinguió por su vida religiosa y por sus
estudios científicos y teológicos, bajo la
dirección del abad san Adalardo.
Renunció al sacerdocio, movido por la
humildad. Firmaba "Pascasio, diácono, el más indigno de
ser contado entre los monjes". Acompañó a san Adalardo a
Sajonia (Alemania) donde fundaron un monasterio "gemelo" de Corbie.
Después, siempre en Corbie, se convirtió -primero- en
director de estudios y finalmente en abad. Los monjes le eligieron abad
(844) a sabiendas de que no era sacerdote.
Tocarían tiempos difíciles al abad, pues las contiendas
doctrinales dividieron a los monjes. Otra situación grave fue
cuando, al otorgar el rey de Francia Carlos el Calvo regalos al
monasterio, se quiso cobrar el favor obligando a Radberto a recibir a
un sobrino suyo expulsado por indignidad. Al negarse a ello, el santo
abad tuvo que abandonar el monasterio (851).
Entre sus muchos
escritos destacan "La maternidad de la Virgen" y "El cuerpo y la sangre
del Señor". Se le atribuyen vidas de santos y comentarios a
los textos bíblicos, entre estos últimos -y el más
amplio, de doce libros- el dedicado al Evangelio según San
Mateo, el cual fue citado por el Concilio Vaticano II en la
Constitución "Lumen Gentium".
Reclamado por los suyos,
Pascasio Radberto aceptó volver pero sólo en calidad de
simple religioso: sería monje, y nada más, oración
y estudio hasta el último día de su vida. Por
petición suya fue sepultado entre los pobres y servidores del
monasterio; sin embargo, en 1058 sus restos fueron trasladados a la
iglesia abacial con los honores reservados a los santos. Fue canonizado por San Gregorio VII en 1073.