SAN NICECIO DE TREVERIS
556 d.C.
1 de octubre



   Varios hombres muy destacados de la época de Nicecio de Tréveris, como san Gregorio de Tours y san Venancio Fortunato, dan testimonio de los méritos de este santo, que fue el último obispo galo-romano de Tréveris, en los primeros tiempos del triunfo de los francos en la Galia.

    Nicecio nació en Auvernia. Nicecio se hizo monje y llegó a ser abad de su monasterio, que probablemente estaba en Limoges. En ese cargo atrajo sobre sí las miradas del rey Teodorico I. Cuando murió san Apro de Toul, presunto obispo de Tréveris, el clero y el pueblo enviaron una embajada al rey para pedirle que nombrase obispo a san Galo I de Clermont. Teodorico se negó a ello y nombró a Nicecio, obispo de Tréveris en el 552.

    El Santo reprendió sin temor a Teodorico y a su hijo Teodoberto por los excesos que cometían y escucharon los consejos de Nicecio. En todo caso Clotario I se mostró menos condescendiente, ya que, cuando el santo le excomulgó por sus crímenes, él le desterró. El destierro fue de corta duración, pues Clotario murió al poco tiempo, y su hijo Sigeberto, que le sucedió en el gobierno de esa porción de sus dominios, restituyó a Nicecio su diócesis.

    Asistió a varios importantes sínodos en Clermont y otras ciudades y restableció infatigablemente la disciplina en una diócesis en la que los desórdenes civiles habían causado grandes estragos. Restableció la disciplina entre el clero, fundó una escuela para estudios eclesiásticos, reconstruyó la catedral de Tréveris y combatió la herejía. 

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(Parroquia San Martín de Porres)