SAN MAXIMO DE CRAVAGLIANA
13 de junio



   El santo cuerpo de Máximo, de nombre propio, fue recuperado en 1825 de la catacumba de Ciriaca y donado a la comunidad de Cravagliana por Don Giovanni Juva, originario de Cervatto y canónigo de la catedral de Turín, en memoria de su tío Don Spirito Antonio Juva, él también de Cervatto, que fue el primer párroco de la aldea en traer, desde 1788, el título de pievano.Giunta in paese la reliquia fue objeto de cuidadoso reconocimiento en la sacristía de la iglesia parroquial, en presencia del delegado episcopal don Giacomo Pomi , nativo del lugar y párroco en Camasco, del párroco don Giovanni de Mattei en Ornavasso y del párroco de Sabbia don Giovanni Antonio Bertolio. Luego de una precisa investigación anatómica realizada por la Dra. Lana, de la cual se encuentra el informe en los documentos de archivo, los restos, muy fragmentarios, se insertaron en las cuatro artes y en la máscara de la figura de cera especialmente diseñada para contenerlos, lo que confiere juntos la apariencia de un cuerpo humano.

   Fue vestido con un traje de soldado romano, ofrecido, como la decoración de la urna en la que se guarda, por Giovanni Reffo di Ferrera. El altar de San José fue completamente desmantelado para la restauración de la reliquia y toda la decoración barroca de la capilla fue sacrificada, obras realizadas y realizadas, no muchos años antes, por el que en memoria de quien fue entregado el cuerpo santo. Esta forma de proceder puede parecer contradictoria, de hecho reitera el gran valor y el significado importante atribuido, todavía en el siglo XIX, a los cuerpos sagrados, presentes no solo en lugares de culto particulares y prestigiosos, sino también ahora generalizados en pequeñas parroquias suburbanas.

   Es un aspecto que también afecta el contexto de las necesidades pastorales de un determinado momento histórico y social, para el cual la presencia concreta de una reliquia de un supuesto mártir de los primeros siglos era obviamente más importante que el modelo de santidad ofrecido por José. ; el último, de hecho, aunque no legendario, activo y presente en los Evangelios, era demasiado discreto como para ser propuesto a la atención devocional de los fieles, en una era de secularismo desenfrenado y liberalismo político anticlerical. En la pared de la capilla se hizo así un loculus en el que se colocó la urna sobre la que se conservaba, sin embargo, la pintura, realizada por el pintor Corvetti en 1766, que reproduce la muerte de San José. Una solemne celebración pública en honor al supuesto mártir fue el centenario de su presencia, celebrada el 25 de mayo de 1930, con una procesión por las calles de la ciudad, mientras que la memoria anual se celebra un domingo a principios de junio. La veneración del cuerpo santo de Máximo también se manifestó a nivel personal entre los fieles, tanto con la imposición de su nombre a diferentes individuos, como en la comisión de celebraciones eucarísticas en el altar donde descansan los restos, prácticas todavía presentes en pechuga a la comunidad parroquial.

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(Parroquia San Martín de Porres)