SAN LUIS BERTRAN
1581 d.C.
9 de octubre



   Natural de Valencia, era pariente de san Vicente Ferrer; su familia pertenecía a la alta burguesía. Fue un niño raquítico, llorón y antojadizo, pero con el tiempo se transformaría. Siendo muy pequeño se escapó de su casa para ir en peregrinación a Santiago de Compostela y como le sucedió a santa Teresa de Ávila, fue descubierto por un pariente y tuvo que regresar a casa. Decidió ingresar en los dominicos, pero su padre, notario de Valencia, se negó, quería para el hijo un buen matrimonio y la toga de abogado. El padre convenció a los superiores que no admitiesen a su hijo, ya que su precaria salud no le iba a permitir la observancia de la regla. Luis tuvo que regresar a casa. La firme resistencia de su progenitor, sólo pudo vencerla la firmeza  del hijo. Pasó el tiempo, siguió formándose. Pasados algunos años, volvió al convento sin el permiso paterno. Antes de morir su padre, le dijo: "Hijo mío, una de las cosas que en esta vida me ha dado más pena ha sido verte fraile; y lo que hoy más me consuela es que lo seas".

   En 1547 fue ordenado sacerdote. Fue destinado a Llombay, tierra de moriscos, a un convento fundado por san Francisco de Borja, a la sazón duque de Gandía, estuvo poco tiempo, porque tuvo que regresar a su casa para atender a su padre moribundo. A los 23 años era ya maestro de novicios y se dice de él: "que criaba a sus novicios en gran aspereza y penitencia", pero no menos de la que él tenía consigo mismo. Durante siete años fue maestro de novicios.

   En 1562, marchó a Nueva Granada (Colombia), donde fue un gran apóstol y tuvo contacto con fray Bartolomé de las Casas, que le instó que volviera a España, porque no podía soportar las injusticias que los encomenderos mantenían con los nativos. Llegó a bautizar a 15.000 personas en un sólo día. Y luchó contra los encomenderos. Sus centros de misión fueron Tubará, Cipacua y Paluato, Monpós e islas de San Vicente y Santo Tomás, Tenerife y Granada. Fue más un "doctrinero" que un misionero, ya que explicaba la doctrina cristiana entre los encomenderos bajo la responsabilidad de la Corona de Castilla. Se dice que un día un hombre armado le atacó con una pistola, y cuando iba a disparar, Luis hizo el signo de la cruz, y el arma se convirtió en una cruz. Enseñaba que la oración debía preceder siempre a todas las otras acciones, incluyendo la predicación y la enseñanza.

   Regresó a Valencia, con 44 años, y allí será prior de varios conventos: San Onofre de Museros, del convento de Valencia. Fue un hombre que arrastraba por la integridad de su vida, no por sus atractivos personales, que nunca los había tenido. Santa Teresa le consultaba y san Juan de Ribera le tenía en gran estima; fue amigo personal del franciscano san Nicolás Factor. Fue un gran defensor de la misa y comunión diaria. Fue un gran predicador y fue requerido por muchas parroquias, ciudades y obispados para oirle. Murió en Valencia, en los brazos de San Juan de Ribera. Su cuerpo se conserva momificado en la parroquia de San Esteban de Valencia. Paulo V lo beatificó en 1608, y Clemente X lo incluyó en 1671 entre los santos de Cristo y de su Iglesia. Patrón de Colombia.

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(Parroquia San Martín de Porres)