SAN LONGINOS
Siglo I d.C.
16 de octubre  



   Fue el centurión que traspasó con su lanza a Cristo (Jn 19,34). Los autores lo identificaron equivocadamente con el centurión que proclamó la divinidad de Jesús: "Verdaderamente este era el hijo de Dios". Se unieron así el lancero y el centurión. Se supone que se convirtió y cambió su nombre de Casio, por el de Longinos, y se retiró a Cesarea de Capadocia donde hizo vida monástica y fue obispo de esta ciudad.

   La leyenda en torno a él es complicada: gotas de sangre del corazón divino le salpicaron los ojos, que tenía muy debilitados, y volvió a ver con claridad, recogió la sangre de Jesucristo en un vaso que se llamó Graal y posteriormente sufrió el martirio y se le cortó la lengua, pese a lo cual siguió hablando.

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(Parroquia San Martín de Porres)