SAN JUAN PAYNE
2 de abril
1582 d.C.
Nació en la diócesis de Peterborough (Northampton). No se
sabe nade de su juventud -aunque se cree que era de familia anglicana-
no hay noticias sobre su conversión. Empezó la
conversión cuando estudió para ser sacerdote en Douai,
donde fue ordenado en 1576; la ceremonia se celebró en Cambrai.
Llegó a Inglaterra acompañado con san Cutberto Mayne.
Trabajó en la misión inglesa en Ingatestone en Essex,
hospedado en la casa de lady Ana Petre, disimulando su estancia como si
fuera el mayordomo. Durante los tres primeros meses los frutos fueron
muchos. A veces iba a Londres, donde se alojaba en casa de otra dama
católica.
Arrestado en 1577, fue
liberado porque no se pudo probar nada, y aprovechó la libertad
para volver a Douai. En 1578, regresó a Inglaterra donde
siguió con su fructífero apostolado hasta que lo
capturaron en 1581, a causa del traidor George Eliot. Este era un
criado de confianza de lady Ana, y había renegado entregando al
gobierno una lista de sacerdotes con el lugar de residencia.
Interrogado por
Francis Walsingham, secretario de Estado, fue llevado a a Torre de
Londres, y se le acusó de traidor por conspirar contra la reina.
Eliot había declarado que en una ocasión le había
animado a que matase a la reina. Esto hizo que lo torturase y declarase
la conspiración. Al no poder escribir, Payne dictó: “Pido
a Dios dé larga vida a Su Majestad, para quien jamás he
deseado algo que no haya deseado para mi alma. Perdono a Eliot por su
monstruoso testimonio”.
El Consejo Privado de la
reina mandó fuese llevado a Chelmsford y que allí fuese
juzgado. Se formó un jurado de gente popular e ignorante, que
sin testigos le acusaron de traidor y lo condenaron. La multitud que
asistió a su ejecución mostró sentimientos y
gestos en contra de su pena de muerte. El más sereno fue el
propio mártir. Cuando subió al patíbulo
sonrió y besó la horca. Dijo a continuación que
perdonaba a todos, especialmente a Eliot. Lord Rich le invitó a
que confesara su culpa. El dijo que pecaría confesando lo que no
hizo y añadió: “Querido señor, dígale a Su
Majestad por esto, que no permita que en adelante se derrame sangre
inocente”. Le apretaron la soga y comenzó a repetir una y otra
vez el nombre de Jesús hasta que colgado en el aire donde
expiró. Fue bajado y descuartizado, después de haber
muerto, por deseo expreso de la multitud. Fue canonizado por el beato Pablo VI el 25
de octubre de 1970.