SAN JUAN "EL
SILENCIOSO"
7 de diciembre
559 d.C.
Nació en Nicópolis en Armenia, en el seno de una familia
perteneciente a la nobleza armenia. Despues de la muerte de sus padres,
antes de cumplir los 20 años, con diez compañeros,
fundó un monasterio en su ciudad natal dedicado a la Madre de
Dios. Su dulzura, prudencia y piedad le granjearon la estima de todos
sus hermanos. A los 28 años fue elegido obispo de Colonia
(actual Köylühisar en Turquía), Armenia, y consagrado
por el obispo de Sebaste. Durante su episcopado, que duró nueve
años, instruyó a su pueblo por medio de la
predicación. Fue el consuelo de los afligidos. Algunos males que
encontró imposible de remediar le causaron el deseo de abandonar
su cargo, e ingresó, escondiendo su identidad, en la laura de
san Sabás (Jerusalén).
San Sabás le puso a trabajar en la construcción de un
hospital, después le encargó que se ocupara de recibir y
atender a los extranjeros. San Sabás vió en él un
espíritu especial y le dio ocasión para que se retirara a
una ermita cercana para que viviera en soledad en la
contemplación. Durante 5 días a la semana Juan nunca
salía de su celda, sólo los sébados y domingos
asistía al culto público de la Iglesia. Después de
pasar tres años en esta vida de ermitaño, fue nombrado
administrador de la laura. San Sabás quiso ordenarlo sacerdote,
pero fue entonces, cuando Juan le reveló su identidad de obispo
huído, y se pasó cuatro años encerrado en su celda
sin hablar con nadie. En el 503, el mal espíritu de ciertos
discípulos obligaron a Sabás a abandonar la laura. San
Juan se retiró a una zona salvaje en el desierto de Ruba, junto
al Mar Muerto, donde pasó 6 años. Cuando Sabas fue
llamado para que regresara a su laura, trajo a san Juan en el
año 510, que vivió como recluso en su celda durante los
40 años de vida que le quedaban. Fue un encendido adversario de
los origenistas y de los nestorianos y, por esta razón, fue
perseguido por ellos.