SAN JOAQUÍN HE KAIZHI
9 de julio
1839 d.C.



   Nació en Tchao-Tso, provincia de Kouei-Tcheou (China), y a los veinte años conoció el cristianismo, se abrió a la fe y recibió el bautismo. Fue desde entonces un cristiano fervoroso que, en la persecución de 1814, fue arrestado, llevado a Kouy-Yang y sometido a terribles torturas para que apostatara, pero permaneció firme e inconmovible. Entonces fue desterrado a Mongolia, con los tártaros, donde vivió por espacio de 18 años y su fe no se quebró en ningún momento. Cumplida la pena, volvió a su casa y siguió siendo un cristiano ejemplar, al que se le encomendó la tarea de catequista, que él realizaba con gran dedicación y celo. Costeó la erección de un oratorio que sirvió de reunión de la comunidad cristiana, a la que exhortó a perseverar en la fe.

   Estas actividades provocaron un nuevo arresto y un nuevo juicio en 1839. Fue torturado cruelmente pero no consiguieron su apostasía. Estuvo unos meses en la prisión, donde siguió con su actividad, consolando a los cristianos arrestados y dando un sólido testimonio, que admiró hasta los paganos. Mientras iba al martirio en Kouei-Tcheou, un amigo le ofreció un vaso de vino, pero él no lo quiso acordéndose de los padecimientos de Cristo. Murió estrangulado. Fue canonizado el 1 de octubre de 2000 por Juan Pablo II, en el numeroso grupo de san Agustín Zhao Rong y compañeros, cuya memoria litúrgica celebramos también hoy.

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(Parroquia San Martín de Porres)