SAN ILARO DE GALEATA
15 de mayo
558 d.C.



   Nació en Tuscia. A los 12 años, al escuchar el versículo de Lc 14, 26 decidió entregarse a la vida solitaria: dejó la casa paterna, y en la región de Emilia, en los Apeninos, en un monte del valle de Bidente cerca del río construyó una capilla donde orar y una cabaña donde guarecerse, procurándose la comida con su trabajo.

   Con 20 año pasó de la vida eremítica la cenobítica: un noble ravenés llamado Olibrio, pagano y poseído del diablo, fue conducido al santo para que lo exortizara. Olibrio fue liberado del espíritu maligno, fue bautizado con toda la familia, y cuando murió su esposa, se ofreció con dos de sus hijos como compañeros de vida monástica, para ello donó a Ilaro un terreno. Surgió así, hacia el 496, el núcleo monástico de Galeata. Después conocido como el monasterio de Sant’Ilaro.

   Por el desconcierto provocado por las invasiones bárbaras, se añadieron nuevos discípulos. La regla era muy simple, no muy distinta de la de San Pacomio, basada en la oración común, el ayuno, el trabajo en el campo, la práctica de la caridad, para lo cual cada monje, e Ilaro el primero de todos, lavaba los pies al propio hermano y le ofrecía sus servicios. Cada monje debía hacer bendecir por el “padre” (después abad) todos los frutos de la tierra para liberarlos de todo influjo demoníaco. El rey Teodorico, que en un principio no fue proclive hacia los monjes, después donó bienes y tierras al monasterio. Ilaro murió con 82 años. Su culto está muy difundido en Toscana y Romaña.

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(Parroquia San Martín de Porres)