SAN HERIBERTO DE COLONIA
16 de marzo
1021 d.C.



   Nació en Worms en el seno de una familia aristocrática, los condes de Eirichgau, que tuvo varios hijos, de los cuales dos fueron obispos: Gezmann de Eichstätt, sede la que le sucedería su hermano Heriberto, y el obispo Enrique de Würzburgo. Recibió formación en la escuela catedralicia de Worms. Pero Heriberto, en contacto con los maestros de Worms, descubrió las excelencias del servicio divino. Lo dejó todo para hacerse sacerdote y monje.

   Se formó en los estudios del monasterio benedictino de Gorze en Lorena, famoso por su estricta observancia de la Regla, por ser un monasterio reformado. Su meditación continua de la Sagrada Escritura y su prudencia sobrenatural, le hicieron un gran director de almas. El obispo Hildebaldo  de Worms, conocedor de sus buenas cualidades, se apresuró a llamarlo, antes incluso de que profesara en el monasterio.

   Hacia el año 989, Heriberto ya era canónigo de la catedral de Worms, y poco después pasó a la capilla real de la Corte, aunque no recibió la ordenación sacerdotal hasta el año 995. El emperador Otón III le eligió como su canciller en Italia en 994, a quién acompañó a su viaje a Roma, donde el emperador fijó su sede imperial en Roma, aunque no logró ganarse a los romanos. Y su influencia en los asuntos religiosos hasta el punto de decidir la elección papal a favor de Silvestre II.

   Recién ordenado presbítero, Heriberto fue elegido obispo de Würzburgo, pero renunció a favor de su hermano Enrique, que años más tarde se opondría al propio Heriberto y al emperador san Enrique II el Santo, en la creación de la diócesis de Bamberg.

   El emperador san Enrique II, no le tuvo en un principio gran simpatía, porque Heriberto se había opuesto a que sucediera a su hermano Otón III como emperador, hasta que se dio cuenta de su error, tuvo que pedirle públicamente perdón, y le confirmó en su cargo de canciller; santa Cunegunda, esposa del emperador fue la que impulsó la reconciliación. Fue elegido obispo de Colonia y rigió la sede en el difícil año del 999, cuando todos pensaban que se acercaba el fin del mundo. Enrique II le encomendó misiones diplomáticas y Heriberto colaboró con él en la creación de la diócesis de Bamberg y la pacificación de Luxemburgo. Como obispo se dedicó a la asistencia de los más pobres. Construyó la abadía benedictina de Deutz en Colonia en la que fue enterrado.

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(Parroquia San Martín de Porres)