SAN GUALTERIO DE LODI
22 de julio
1224 d.C.



   Se narra que sus padres: Aliprando y Adelazia, naturales de Lodi, al no tener hijos, hicieron voto de que si tenían un hijo lo consagrarían al servicio de Dios en la basílica de San Pedro en Roma y lo educarían en la vida religiosa. Cuando nació Gualterio, sus padres, para cumplir su voto, lo llevaron a Roma en peregrinación y luego le dieron una educación adaptada a la misión al que lo habían consagrado. Con 15 años, el joven vistió el hábito de los Hermanos Hospitalarios.

   Poco tiempo después Aliprando murió; entonces Gualterio vendió sus bienes y los distribuyó en limosnas y socorro a los peregrinos e indigentes; colocó a su madre en un convento "para que ningún afecto carnal mundano lo distragese de los mandatos de Dios y del culto divino", y se marchó a Piacenza, para trabajar en el hospital de San Raimondo il Palmerio. Dos años después regresó a Lodi y sirvió en el hospital de San Bartolomeo. Aquí Gualterio terminó su aprendizaje hasta sentirse en grado de actuar con plena autonomía. Pensó en construir un hospital para socorrer a los peregrinos y viandantes en una zona boscosa y palúdica cerca de Lodi, llamado Fanzago. Este hospital sanaría el malhadado lugar.

   Apoyado por el sacerdote Everardo, Gualterio consiguió de las autoridades edilicias de Lodi que le dieran un terreno para construir el hospital de la Misericordia y una iglesia dedicada a santos Santiago y Felipe. El nuevo hospital tuvo un desarrollo floreciente: entorno al fundador se reunieron "muchos hermanos, muchas hermanas y santos ermitaños". Gualterio fue un ejemplo para todos por su rigurosa vida ascética. Realizó numerosas peregrinaciones y tuvo contacto con otros religiosos de vida ejemplar. Erigió otros hospitales en el territorio de la jurisdicción del obispo de Lodi: en Vercelli, Tortona, Crema, Malegnano. Estos institutos se constituyeron como dependencias del hospital de Lodi: Gualterio los mantenía bajo control, inspeccionándolos de vez en cuando, de forma que fueron famosos por su santidad y obras de caridad.

   Gualterio recibió la ayuda del arzobispo de Milán, Enrico da Settala, su "familiar y carísimo amigo", que edificó la iglesia aneja al hospital de la Misericordia de Lodi. Murió con cerca de 40 años. Su sepultura en la iglesia de la Misericordia fue meta de peregrinaciones y devotas visitas. La diócesis de Lodi celebra su memoria litúrgica.

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(Parroquia San Martín de Porres)