SAN FRUMENCIO DE INDIA
Siglo IV d.C.
27 de octubre
San Frumencio, Obispo, en la India; el cual primeramente fue llevado
cautivo a aquel paìs, y despuès ordenado Obispo por San
Atanasio, dilatò el Evangelio en aquellas provincias.
Naciò en Tiro, de padres cristianos, y era todavìa de
tierna edad cuando acompañando a un tìo suyo que se
dirigìa a la India, cuyo nombre daban los antiguos a
Etiopìa, cayò eclavo de los bàrbaros de aquel
paìs. Siendo presentado al rey de Axuma, mandò
èste que le educasen, màs adelante le nombrò su
secretario de Estado, y cuando muriò le dio no solamente la
libertad, sino que encargò a la reina, que debìa gobernar
en calidad de regenta, que se confiase absolutamente al consejo de
Frumencio. Entonces aprovechàndose el Santo del favor de que
gozaba, protegiò el Cristianismo, y muy pronto se hizo
respetable a los infieles.
En este estado se dirigiò San Frumencio a San
Atanasio en Alejandrìa, y le pidiò un Obispo para
completar la obra que èl habìa comenzado; y San Atanasio
creyò que nadie màs a propòsito para el caso que
el mismo Frumencio, y en su consecuencia fue consagrado en la misma
ciudad de Alejandrìa. De vuelta a Axuma, con sus predicacines y
milagros consiguiò que toda la naciòn abrazase la
religiòn cristiana. Bautizò a toda la familia real, y
dejando en floreciente estado la nueva Iglesia, que le reconoce por su
apòstol, muriò en la paz del Señor en Axuma,
durante el siglo IV. Esta ciudad se llama ahora Accum, y pequeña
y arruinada como està, se titula ùnica ciudad de
Abisinia. Hàllase a cuarenta y dos leguas de Adala, dos millas
del mar Rojo, y era antiguo puerto de mar, y el mayor de toda
Etiopìa. Las antiguas inscripciones, los obeliscos y otros
monumentos que por sus contornos se descubren, iguales a los de Menfis,
son pruebas ciertas de su pasada grandeza.