SAN FRANCISCO
MARÍA DE CAMPOROSSO
1866 d.C.
17 de septiembre
Nació en Camporosso (Liguria), y se llamaba Juan Croese; era
hijo de pobrísimos agricultores y desde muy joven
enseñó el catecismo a sus ciudadanos. Fue pastor y en
este trabajo aprendió a buscar a Dios en la alegría y la
modestia, y no supo aprender nada más en los colegios populares
de Génova. Cuando se manifestó su vocación
religiosa, primero entró en los franciscanos menores
conventuales, tomando el nombre de Antonio, después, se hizo
Terciario franciscano, hasta que por fin entró en el noviciado
capuchino de San Bernabé en Génova con el nombre de
Francisco María. Tras su profesión fue trasladado al
convento genovés de la Santa Concepción, donde
permaneció hasta su muerte.
Hombre de limitada cultura, fue siempre hermano lego,
encargado de los servicios más humildes del convento, en la
cocina y en la enfermería. Luego fue limosnero, encargado de
recorrer diariamente las calles de la ciudad acercándose y
consolando a los más pobres. Llamado "el Padre santo" por su
caridad. Llevó siempre una vida apostólica con el
único fin de acercar las almas a Dios. Fue un devoto de
María y acercó a todos los que pudo a su devoción.
Fue ayudado económicamente no sólo por católicos
sino también por protestantes, judíos y no creyentes.
Tuvo acceso al puerto y allí consoló a los
emigrantes. Se ofreció como víctima para que su
ciudad se viera libre del cólera. Murió después de
tres días de enfermedad, y según los relatos de la
época al poco tiempo de su muerte la epidemia disminuyó
desde ese momento. El Papa Juan XXIII lo canonizó el 9 de
diciembre de 1962.