SAN FILIBERTO DE JUMIEGES
685 d.C.
20 de agosto



   Nació en Gascuña, de la región de Euauze (Gers). Su padre fue obispo de Aire-sur-l’Adour (Landes). A los 13 años fue enviado a la corte de Dagoberto I, y allí tuvo amistad con dos futuros santos: Audoeno de Rouen y Aicardo de Poitiers. Al poco tiempo dejó la corte y se retiró a un monasterio (que seguía la regla de san Columbano) de la isla de Rebais (Poitiers), llamado "Jerusalén", donde fue designado abad hacia el 650. Dejó la abadía, porque su rigor indispuso a los monjes y después de visitar varios monasterios fundadas por san Columbano (que en aquel tiempo estaban adoptando la regla de san Benito), como Luxeuil y Bobbio, meditando las enseñanzas de los santos Basilio, Macario, Benito y Columbano; fundó el monasterio de Jumiéges, de donde fue abad en el 654, también fundó cerca de allí, un convento de mujeres, que luego se trasladó a Pavilly, cuya abadesa fue santa Austreberta (662). Fue un hombre profundamente ascético, que domó su cuerpo con ayunos y disciplinas.

   Criticó a Ebroim, verdugo del obispo de Autun, san Leodegario, y ministro del rey francés, que le encarceló y expulsó del país; fue a refugiarse con el obispo de Poitiers, Ansoaldo. Fundó un monasterio dedicado a San Benito en Quinçay, cerca de Poitiers. Muerto Ebroim, Filiberto regresó como abad de Jumiéges en el 683, y a consecuencia de un desacuerdo con san Audoeno, se trasladó a la región de Poitou. El obispo de Poitiers le concedió la isla de Her, en la costa de la Vendée, para que estableciera un monasterio cuyo nombre primitivo, Hermoutier u Oirmoutier se convirtió más tarde en Noirmoutier.
De nuevo en Jumiéges por petición de san Audoeno, en el 684, fundó en las montañas de Normandía la abadía de mujeres de Montivilliers y reformó el de Qunáy. Cuando murió Audoeno, regresó definitivamente a Poitou, y murió en Noirmoutier. Está enterrado en Brou, cerca de Bourg en Bresse.

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(Parroquia San Martín de Porres)