SAN EPARQUIO DE ANGULEMA
1 de julio
581 d.C.



   Hijo del duque de Perigord, Aquitania, pero renunció al título para hacerse monje en Sessac. Como sus virtudes y milagros le hubiesen hecho famoso, el santo, para evitar la tentación de la vanagloria, dejó el monasterio y se retiró a la soledad en las cercanías de Angulema (542). Pero sus virtudes eran demasiado esplendorosas para permanecer ocultas, y el obispo de la región obligó a san Eparquio a aceptar el sacerdocio. Aunque vivía en la soledad, el santo tuvo algunos discípulos. Aquí pasó el resto de su vida, 39 años, dirigiendo una comunidad que se estableció en las cercanías de su celda, y a sus discípulos les enseñaba: “La fe no teme el hambre”.

   San Gregorio de Tour, por el que tenemos noticias suyas lo llama Cibardo; con el tiempo, dicho nombre se transformó en Separco y después en Eparquio. En realidad, sabemos muy poco acerca de este santo, fuera de lo que relata San Gregorio de Tours.

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(Parroquia San Martín de Porres)