SAN EMILIANO DE TARAZONA
12 de noviembre
570 d.C.



   San Emiliano o San Millán, presbítero, en Tarazona en la España  Tarraconense; esclarecido por sus innumerables milagros: San Braulio, Obispo de Zaragoza, escribió su admirable vida. Fue pastor y mientras cuidaba al ganado tocaba el laúd para sobreponerse al sueño. Su vida religiosa solitaria, comenzó cuando supo de la existencia de un famoso eremita, san Felices de Bilibio y sin pensarlo se fue hacia él y le pidió ser su discípulo, y vivió con él, como maestro de ascética en el eremitorio de Cogolla. Tuvo como biógrafos a Gonzalo de Berceo y san Braulio, obispo de Zaragoza: "Con la ayuda de Cristo, nuestro Señor... háganos Dios omnipotente hacer tal servicio que, delante de su faz, gozosos seamos".

  
Pasado algún tiempo y renovado en su espíritu, volvió a su casa. No pudó vivir en la paz de la soledad por la ingente cantidad de gentes que iban a pedirle consejo, por lo cual se marchó a lo más intrincado y remoto del monte Distercio, en La Rioja. Le quisieron ordenar presbítero y nombrar párroco pero cuando lo supo comenzó hacer obras de caridad, que despertó la envidia y la calumnia de los propios presbíteros y así pudo volver a su soledad, sin tener que decir que no quería ser ordenado.


   Otros autores afirman que llegó a ser ordenado sacerdote por el obispo de Tarazona, Dídimo, pero como repartía las rentas de la Iglesia entre los pobres, fue acusado al obispo que le quitó la parroquia de Santa Eulalia de Vergegium y así se pudo retirar a la soledad que era lo que quería. Fundó un cenobio en Suso, que luego se convertirá en un monasterio. Se le juntó un discípulo llamado Aselo y con él comenzó una comunidad que se extendió por La Rioja y en torno a su figura se constituyó el germen del gran monasterio de San Millán de la Cogolla. Sobre su vida se han escrito muchas leyendas y milagros fantásticos. Copatrono de España.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)