SAN DELFÍN DE
BURDEOS
24 de diciembre
404 d.C.
Obispo
de Burdeos (380-403), en tiempos del emperador Teodosio el Grande.
Acudió en el 380, al concilio de Zaragoza para condenar a
Prisciliano y a sus discípulos. El inicio de su episcopado fue
turbado por las controversias priscilianistas. La herejía tuvo
eco en Burdeos y en toda la Aquitania gracias a la protección de
una gran señora, Eucrocia, y de su hija, Prócula. Las
pasiones religiosas parecen que fueron muy encendidas en esta ciudad
cuando pasó por ella Prisciliano y sus discípulos
Instancio y Salviano, porque se narran luchas cruentas.
El Obispo
Delfín presidió en Burdeos un concilio (384) delante del
cual los jefes del movimiento priscilianista y sus acusadores fueron
invitados a presentarse y donde muchos memoriales fueron leídos
delante de los obispos. Instancio, prelado amigo del hereje, fue
depuesto del episcopado; Prisciliano habría tenido el mismo fin
si no hubiera apelado al emperador Máximo en Tréveris.
Parece que Delfín gozó de un gran prestigio que
sobrepasó los límites de su diócesis. Fue amigo
íntimo de san Febadio de Agen y tuvo una correspondencia regular
con san Ambrosio de Milán.
Durante su episcopado
la cristianización de la diócesis de Burdeos parece que
hizo progresos importantes porque a partir del año 400 las
inscripciones y los monumentos llevan casi todas fórmulas y
símbolos cristianos. Instruyó y bautizó a Paulino
de Nola, y un poco antes deñ 389, le inspiró el amor por
el ascetismo. Cuando dejó Burdeos, san Paulino, que consideraba
al obispo como su padre espiritual, tuvo con él una
correspondencia regular. Se conservan cinco cartas enviadas por Paulino
a Delfín, escritas entre el 393 al 401 y sabemos de otras que se
han perdido. Las cartas del obispo de Burdeos desgraciadamente se han
perdido: además, ninguna de sus obras ha llegado hasta nosotros. Le sucedió uno de sus
sacerdotes, san Amando, también ligado extrechamente con san
Paulino de Nola. Patrón de Aquitania.