SAN CIRIACO DE JERUSALÉN
4 de mayo
Siglo IV d.C.



   Se dice que era un joven judío de Jerusalén que se llamaba Judas. Sabía donde habían sido enterradas las tres cruces del Gólgota, y con sus informaciones ayudó a la emperatriz santa Elena a encontrar la cruz de Cristo; a raíz de esto se convirtió y cambió su nombre por el de Ciriaco, y fue un celoso predicador del evangelio: según “La Leyenda Dorada”, sucedió a san Macario como obispo de Jerusalén.

   Su éxito fue tal que tuvo que abandonar Palestina, y terminó en la ciudad de Ancona, donde fue su obispo. Se dice que su episcopado cambió profundamente a sus habitantes. En su vejez, regresó a Jerusalén, y allí se encontró con la persecución de Juliano el Apóstata, en lo cual fue apresado y martirizado. Es el mismo Ciriaco de Provins. Algún autor dice que es “el más dudoso de todos los santos del Paraíso”. Su cabeza fue llevada por un cruzado a la colegiata de Provins (su festividad se celebraba el 5 de Junio). Patrón de Ancona.

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(Parroquia San Martín de Porres)