SAN CIRIACO DE BUONVICINO
1030 d.C.
19 de septiembre



   Nació en Buonvicino (Cosenza, Italia). Desde joven fue anacoreta, primero en una gruta junto a Buonvicino, depués fue cenobita en el monasterio griego de Santa María de los Padres junto Trepidone, donde fue abad durante muchos años. En el valle del río Crati, su fama se difundió pronto: muchos se acercaron a la vida monástica, deseosos de vestir “el hábito angélico”, como se llamaba el hábito de los monjes observantes de la regla de san Basilio (basilianos).

   Al mismo tiempo su hermana María, fundaba en Romano, pedanía de Buonvicino, un monasterio femenino, que fue muy floreciente. Fue llamado a Constantinopla por el emperador de Oriente Miguel IV, ya que tenía a su hija poseída por el demonio y que curó el santo abad; el emperador en reconocimiento, le dio amplios privilegios para su monasterio, con donaciones de tierras e iglesias en los territorios de Trigiano y Malvito (Cosenza). Murió en Buonvicino. Fue sepultado en la iglesia de la abadía de Santa María de los Padres, que hoy tiene su nombre. Patrono de Buonvicino.

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(Parroquia San Martín de Porres)