SAN CIPRIANO DE GENEOUILLAC
9 de diciembre
586 d.C.



   Natural de Alvernia. Junto con santos Amando y Soro, dejaron su hogar y se pusieron bajo la dirección de Savalón, abad del monasterio de Geneouillac, cerca de Périgueux, de donde Cipriano fue abad. Después de tres años se retiraron a un lugar apartado, conocido como Ad petras levatas (Peyrelevade), pero después se separaron para vivir en soledad. Cipriano se retiró a Dordoña donde vivió como ermitaño hasta su muerte. 

   Según otra fuente, Cipriano vivió en tiempos de Carterio, obispo de Périgueux, y que participó en el concilio de Macon del 585: aceptando estos datos cronológicos, se puede admitir que fue contemporáneo de san Gregorio de Tours. San Gregorio de Tours, nos cuenta su vida y lo define como un hombre “de gran santidad”, también dice de él: “Ha tenido muchas veces que curar las manos débiles, de dar a los paralíticos el uso de sus miembros y la vista a los ciegos. Tres leprosos ha recuperado la salud gracias a sus unciones. Y al presente no es raro que los enfermos se vean sanados orando con fe sobre su tumba”.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)