SAN BRUNO DE SEGNI
18 de julio
1123 d.C.



   Nació en Solero (Asti) en Piamonte; estudió en el monasterio benedictino de San Perpetuo en Asti y en Bolonia y, después de recibir la ordenación sacerdotal, fue designado canónigo de Siena. Como agradecimiento a su gran aprendizaje y piedad inminente, fue llamado a Roma, donde, como consejero capaz y prudente, cuatro Papas sucesivos buscaron su consejo.

   Durante un sínodo en Roma en 1079 obligó a Berengario de Tours, que negaba la presencia real de nuestro Señor en la Santa Eucaristía a retractarse de su herejía. Disfrutó de la amistad personal de San Gregorio VII, y fue consagrado obispo de Segni por él en la "Campagna di Roma", en 1080. Su humildad le llevó a declinar el cardenalato. Se le conoce como "el brillante defensor de la iglesia" por el coraje invencible que mostró ayudando a san Gregorio VII y a sus sucesores en sus esfuerzos para la reforma eclesiástica, especialmente en denunciar la investidura laica, que inclusive declaró como herética.

   Acompañó al papa el beato Urbano II en 1095, al Concilio de Clermont en el que se inauguró la I Cruzada. En 1102 se convirtió en monje de Montecasino y fue electo abad en 1107. El Papa, aunque le había permitido hacerse monje, no le aceptó la renuncia definitiva y lo llamó de nuevo. Junto a muchos obispos de Italia y Francia, Bruno rechazó el tratado conocido por la historia como el "Privilegium", el cual Enrique V de Alemania había extraído del Papa Pascual II durante su encarcelamiento.

   En una misiva dirigida al Papa lo censuró francamente por concluir una convención que le concedió al rey alemán el inadmisible reclamo al derecho a la investidura del anillo y del crucifijo exclusivo de obispos y abades, y exigió que el tratado fuera anulado. Irritado por su oposición, Pascual II ordenó a Bruno a renunciar a su abadía y regresar a su sede episcopal. Entre sus cargos destacamos la de bibliotecario de la Santa Sede y la de cardenal legado. Fue un teólogo profundo, y su obra sobre la Eucaristía ha sido modelo durante siglos, aunque tuvo algún error teológico como la que si un sacerdote comete simonía no podía, válidamente, administrar los sacramentos. Bruno fue el autor de numerosas obras, principalmente escriturísticas. De estas se deben mencionar sus comentarios sobre el Pentateuco, el Libro de Job, los Salmos, los cuatro Evangelios y el Apocalipsis. Fue canonizado en 1183 por el Papa Lucio III.

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(Parroquia San Martín de Porres)