SAN AUBERTO DE CAMBRAI
13 de diciembre
670 d.C.
Obispo
de Cambrai y Arrás, como tal fue un gran promotor de la vida
monástica y fundó diversos monasterios, entre ellos la
gran abadía de Saint Vaast en Arrás. No parece, a pesar
de ello, que hubiera sido monje, aunque se dice que vivió largo
tiempo como ermitaño cerca de Tournai. El año 650, san
Gisleno, que era entonces un ermitaño desconocido, empezó
a fundar un monasterio cerca de Mons. No faltaron quienes quisiesen
indisponerle con Auberto; pero éste se negó a emitir un
juicio sin oírle y, el resultado de la entrevista fue que
Auberto apoyó la empresa y consagró la iglesia construida
por san Gislenio. Entre los que se preparaban para el sacerdocio en
Cambrai, había un joven llamado san Landelino, que escapó
y llevó una vida licenciosa. Al cabo de algún tiempo, se
arrepintió de su locura. Auberto supo tratar el caso con tal
habilidad, que san Landelino se hizo monje, fundó varios
monasterios y su nombre figura en el Martirologio
Romano. Con él las regiones de Hainaut y Flandes fueron
grandes colonias monásticas.
Auberto ayudó a abrazar la vida religiosa a varios distinguidos
personajes de la época, como san Vicente Madelgario y su familia
y santa Amelberga, la madre de santa Gúdula. En 666
presidió el traslado de las reliquias de san Vedasto de
Arrás y de san Furseo a Peronne. La leyenda dice que horneaba
panes que su asno despachaba en solitario por la ciudad, contra el
precio previamente convenido. Con esta actividad el santo
conseguía el dinero necesario para su manutención y
distribuía el resto en limosnas. Auberto fue sepultado en la
iglesia de San Pedro de Cambrai, que más tarde se
transformó en una abadía de canónigos regulares y
tomó el nombre del santo.