SAN APOLINARIO DE
VALENCIA
520 d.C.
5 de octubre
San
Esiquio, obispo de Vienne, tenía dos hijos. El más joven
de ellos fue el famoso san Avito de Vienne, el otro fue Apolinar de
Valence. Apolinar se educó bajo la dirección de san
Mamerto, obispo de Vienne. Fue consagrado obispo por su hermano, antes
de cumplir cuarenta años. Como el predecesor de Apolinar en la
sede de Valence llevó una vida muy desordenada y la sede
había estado vacante varios años, la herejía y la
corrupción de costumbres habían invadido la
diócesis. Poco después del año 517, un
sínodo condenó a un noble de la corte de Segismundo de
Borgoña por haber contraído un matrimonio incestuoso. El
culpable se negó a aceptar la decisión del sínodo.
Segismundo le apoyó, y desterró a los
obispos que habían participado en el sínodo. Apolinar
pasó más de un año en el desierto. Según se
dice, Segismundo le restituyó a su sede, cuando cayó
víctima de una grave enfermedad. La esposa de Segismundo
interpretó dicha enfermedad como un castigo divino por haber
perseguido a los obispos y mandó llamar a Apolinar a la Corte;
pero el santo se negó. Entonces, la esposa de Segismundo le
mandó pedir que orase por su marido y que le prestase su manto.
El rey sanó en cuanto le pusieron encima el manto.
Inmediatamente envió un salvoconducto a Apolinar y le
pidió perdón.
Se conservan todavía algunas cartas de Apolinar y
san Avito, que dejan ver el cariño que se profesaban ambos
hermanos y abundan en rasgos de buen humor. En una de las cartas,
Apolinar se reprocha haber olvidado celebrar el aniversario de la
muerte de su hermana Fuscina, cuyas alabanzas había cantado
Avito en un poema. En otra carta san Avito acepta la invitación
de asistir a la dedicación de una iglesia, pero sugiere que se
eviten los festejos demasiado mundanos. Habiendo recibido aviso de que
moriría pronto, Apolinar fue a Arles a visitar a su amigo san
Césareo y a orar ante la tumba de san Genesio. Durante el viaje
de ida y de vuelta a lo largo del Ródano, disipó
varias tempestades y exorcizó a varios posesos.
El Martirologio Romano hace mención de esos
milagros, pero los historiadores han puesto en duda la realidad del
viaje de san Apolinar a Arles. El santo murió en Valence. Es el
principal patrono de la ciudad; en Francia se le llama familiarmente
"Aplonay".